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lunes, 6 de junio de 2011

El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.
Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América.



El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.
Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un espíritu que trnasforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.


Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.


Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.



  ARTE DEL RENACIMIENTO


El Renacimiento es el movimiento cultural y artístico iniciado en Italia en el siglo XV que dirige sus ojos al clasicismo romano y al hombre como centro de las cosas, superada la tradición teocéntrica medieval.
No es de extrañar que sea en Italia donde se produce tal proceso pues el impresionante legado del viejo imperio romano estuvo presente incluso en plena época medieval y el mundo italiano nunca se llegó a desapegar del todo, como demuestra, incluso, su arte románico peculiar.
El trasvase de la cultura y arte del Renacimiento al resto de Europa fue lento y desigual y para lo que centra nuestro interés, el arte en España, podemos decir que sus primeras manifestaciones comienzan en la penúltima década del siglo XV y se finaliza en los primeros años del siglo XVII.

 
Desde esta sección del portal Arteguias podra acceder a información y artículos relacionados con la arquitectura, escultura y pintura española del siglo XVI.
En el apartado de arquitectura renacentista se pondrá especial atención a dos subestilos o modalidades tan castizas como el plateresco y el estilo herreriano. En la página de escultura se dividen los artistas en los tres tercios de la centuria pues se trata de un arte en constante evolución. Trataremos escultores tan significativos como Vasco de la Zarza, Diego de Siloe, Juan de Juni, Alonso Berruguete, la familia Leoni, etc.


En lo concerniente a la pintura renacentista del siglo XVI hay que tratar a Juan de Juanes, Alonso y Pedro Berruguete, Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz, Luis de Morales "El Divino" pero muy especialmente el sublime y espiritual genio del manierismo "El Greco".


ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO

Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella producida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la Historia de la Arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el Gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del Arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las Bellas Artes


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Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas y materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron en una adecuada y completa teorización.





Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos, que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad, marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí mismos, y acabaron por conseguir esa consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la concepción integral del humanismo renacentista. 




Conocemos poco de los maestros de obras románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y objeto del estudio de tratadistas contemporáneos.

 PINTURA RENACENTISTA


La pintura renacentista abarca el período de la historia del arte europeo entre arte de la Edad Media y el arte barroco. La pintura de esta época está relacionada con el «renacimiento» de la antigüedad clásica, el impacto del humanismo sobre artistas y sus patronos, nuevas sensibilidades y técnicas artísticas y, en general, la transición entre el periodo medieval y los comienzos de la Edad Moderna.


En las artes visuales, los logros significativos ocurrieron alrededor del año 1400 tanto en Italia como al norte de los Alpes. El arte de Masaccio y los escritos de Leon Battista Alberti ayudaron a establecer la perspectiva lineal y la idealización del cuerpo humano como las ideas principales de la pintura renacentista italiana a principios del siglo XV. Al tiempo se produjo en el norte la pintura gótico-flamenca, que también se ha considerado prerrenacentista o renacimiento nórdico. Artistas flamencos como Jan van Eyck innovaron con la pintura al óleo y composiciones espaciales intuitivas.



 El breve Alto Renacimiento (h. 1500–1520), centrado en torno a Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael en Florencia y Roma, fue una culminación de los logros italianos, mientras que artistas como Alberto Durero llegó a un nivel similar de innovación artística e intelectual a la Europa septentrional.


La pintura del Renacimiento tardío, desde alrededor de 1520 hasta el final del siglo XVI, está marcada por varias tendencias manieristas que se expandieron a partir de Italia al resto de Francia. La decadencia del renacimiento se inicia en Italia poco después de mediado el siglo XVI. 



Se caracteriza por la falta o escasez de buenos maestros, optando los artistas por imitar las obras de los grandes maestros anteriores en lugar de estudiar la naturaleza para crear sus obras originales. En el manierismo se exagera el movimiento en las figuras, la expresión es afectada y amanerada o poco natural de los rostros.











RENACIMIENTO

Es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.
El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX. 


Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento
es ante todo, un espíritu que trnasforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico. 


Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.

Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.






Es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.
Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América. 
El termino Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX. 
Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un espíritu que trnasforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.  

parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV. 
Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico. 


Politicamente Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia. Tras la muerte de Juan Galeazzo Visconti en 1402 los intentos por hacer de italia un reino unido bajo el mando de un solo gobernante, excedieron sus posibilidades reales. En el Renacimiento la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottierieran personajes especializados en la guerra, grandes estrategas que estaban generalmente al mando de una compañia, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, ls necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servía. Las guerras entre los estados italianos se hacían mediante contratos, por tanto a través de los condottiero, durante casi dos siglos. Esta tradición pseudo-mercenaria se hizo presente en europa desde el siglo XIII, gracias en parte al desarrollo económico de las ciudades, el crecimiento demográfico y la tradición de las Cruzadas, haciendo posible que parte de la clase de terratenientes se aúnen para producir un gran excedente de grupos armados fuertemente cualificados.
Desde finales de l siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una empresa esporádica más que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por el capitan y sus soldados y su retribución por ellos. Este tipo de contrato se utilizó en otros ámbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesía p´rospera que buscaba su propio beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economía se va liberando y van tomando autonomía los pequeños comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar relaciones comerciales a nivel nacional e internacional. Pero este movimiento de capital no estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base familiar, subordinándose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada. Generalmente se trataba de aristrócratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendían serlo, y, sin embargo, eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenían al margen de la corte, valiéndose de la situación de que el príncipe o monarca no conocían los mecanismos financieros, abriéndose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como operadores económicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesiástica, gracias a su capital rivalizaron con ellos.
El nacimiento del mecenazgo impulsó tambien planteaminetos gremiales, siendo la propia ciudad la que generosamente propició con los fondos de sus arcas el engrandecimiento de las ciudades. Así, por ejemplo, el Hospital de los Inocentes de Florencia fue costeado por el gremio del arte de la seda. 



El Renacimiento surgió en Italia, pero además, el Renacimiento del siglo XV se da solo en este país. Se puede decir que en Francia, España y Alemania hacia 1450/1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenmente hasta el siglo XVI. El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperación de la grandeza de Roma, que tras la caída del Imperio Romano, y un periodo de anarquía y confusionismo, desde el quattrocento se trata de romper con esa etapa bárbara para volver a esa idea de grandeza latina. La pérdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que finalmente darán a fines del siglo XVI la Reforma Protestante.
En esta épocael Imperio Bizantino se tambaleaba por los Turcos; la economía Europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.

ARTE DEL RENACIMIENTO.

Generalidades sobre el arte y movimiento cultural denominado Renacimiento.

El Renacimiento es el movimiento cultural y artístico iniciado en Italia en el siglo XV que dirige sus ojos al clasicismo romano y al hombre como centro de las cosas, superada la tradición teocéntrica medieval.
No es de extrañar que sea en Italia donde se produce tal proceso pues el impresionante legado del viejo imperio romano estuvo presente incluso en plena época medieval y el mundo italiano nunca se llegó a desapegar del todo, como demuestra, incluso, su arte románico peculiar.


El trasvase de la cultura y arte del Renacimiento al resto de Europa fue lento y desigual y para lo que centra nuestro interés, el arte en España, podemos decir que sus primeras manifestaciones comienzan en la penúltima década del siglo XV y se finaliza en los primeros años del siglo XVII.
Desde esta sección del portal Arteguias podra acceder a información y artículos relacionados con la arquitectura, escultura y pintura española del siglo XVI.
En el apartado de arquitectura renacentista se pondrá especial atención a dos subestilos o modalidades tan castizas como el plateresco y el estilo herreriano. En la página de escultura se dividen los artistas en los tres tercios de la centuria pues se trata de un arte en constante evolución. Trataremos escultores tan significativos como Vasco de la Zarza, Diego de Siloe, Juan de Juni, Alonso Berruguete, la familia Leoni, etc.
En lo concerniente a la pintura renacentista del siglo XVI hay que tratar a Juan de Juanes, Alonso y Pedro Berruguete, Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz, Luis de Morales "El Divino" pero muy especialmente el sublime y espiritual genio del manierismo "El Greco".


Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque éste retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por cierto antropocentrismo.
El historiador y artista Giorgio Vasari había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista.
De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárb, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista


Ignacio de Antioquía (Ιγνάτιος Αντιοχείας) es uno de los Padres de la Iglesia y, más concretamente, uno de los Padres Apostólicos por su cercanía cronológica con el tiempo de los apóstoles. Es autor de siete cartas que redactó en el transcurso de unas pocas semanas, mientras era conducido desde Siria a Roma para ser ejecutado o, como él mismo escribió: «...para ser trigo de Dios, molido por los dientes de las fieras y convertido en pan puro de Cristo».
Su arresto y ejecución se produjeron a comienzos del siglo II. Aparte de eso, sólo se sabe que fue obispo de la ciudad de Antioquía de Siria. El conocimiento sobre Ignacio se centra, por tanto, en el final de su vida, pero ello basta para hacer de él uno de los Padres Apostólicos mejor conocidos. Ignacio es un mártir del cristianismo y uno de los santos de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa, que celebran su festividad el 17 de octubre y el 20 de diciembre, respectivamente.
El descubrimiento y la identificación de las cartas de Ignacio se produjeron a lo largo de los siglos XVI y XVII, tras un arduo y polémico proceso. La temática «procatólica» de las cartas soliviantó los ánimos de teólogos protestantes como Juan Calvino, que las impugnaron enérgicamente. La polémica entre católicos y protestantes continuó hasta el siglo XIX, en que se alcanzó un consenso sobre cuántas cartas, cuáles y en qué medida fueron escritas realmente por Ignacio. Desde entonces, la opinión mayoritaria, pero no indiscutida, es que Ignacio escribió cartas a las comunidades cristianas de Éfeso, Magnesia del Meandro, Trales, Roma, Filadelfia y Esmirna, además de una carta personal al obispo Policarpo de Esmirna, otro «Padre de la Iglesia» y también «Padre Apostólico». Los escritos de Ignacio están próximos en el tiempo a la redacción de los evangelios y una parte de la investigación ignaciana está centrada en esclarecer su relación con ellos. Las cartas ofrecen, además, valiosos indicios sobre la situación de las comunidades cristianas a finales del siglo I y comienzos del siglo II.

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::EL RENACIMIENTO LITERARIO::

RENACIMIENTO

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuÒa en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antiguedad clásica. El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.
Será a partir de este momento cuando ya cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.
El Renacimiento es ante todo, un espíritu que trnasforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medievo, y esto es claramente apreciable en el terreno
artístico.
Durante buena parte del siglo XV perviven las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.

Este movimiento surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo hispanoamericano. Es un movimiento universal pero que adopta las características y modos propios del pasado de las naciones a través de un proceso de asimilación. El que su origen sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.

Politicamente Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia. Tras la muerte de Juan Galeazzo Visconti en 1402 los intentos por hacer de italia un reino unido bajo el mando de un solo gobernante, excedieron sus posibilidades reales. En el Renacimiento la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottierieran personajes especializados en la guerra, grandes estrategas que estaban generalmente al mando de una compañia, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, ls necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servía. Las guerras entre los estados italianos se hacían mediante contratos, por tanto a través de los condottiero, durante casi dos siglos. Esta tradición pseudo-mercenaria se hizo presente en europa desde el siglo XIII, gracias en parte al desarrollo económico de las ciudades, el crecimiento demográfico y la tradición de las Cruzadas, haciendo posible que parte de la clase de terratenientes se aúnen para producir un gran excedente de grupos armados fuertemente cualificados.

Desde finales de l siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una empresa esporádica más que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por el capitan y sus soldados y su retribución por ellos. Este tipo de contrato se utilizó en otros ámbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesía p´rospera que buscaba su propio beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economía se va liberando y van tomando autonomía los pequeños comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar relaciones comerciales a nivel nacional e internacional. Pero este movimiento de capital no estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base familiar, subordinándose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada. Generalmente se trataba de aristrócratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendían serlo, y, sin embargo, eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenían al margen de la corte, valiéndose de la situación de que el príncipe o monarca no conocían los mecanismos financieros, abriéndose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como operadores económicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesiástica, gracias a su capital rivalizaron con ellos.
El nacimiento del mecenazgo impulsó tambien planteaminetos gremiales, siendo la propia ciudad la que generosamente propició con los fondos de sus arcas el engrandecimiento de las ciudades. Así, por ejemplo, el Hospital de los Inocentes de Florencia fue costeado por el gremio del arte de la seda.
Ya hemos dicho antes que el Renacimiento surgió en Italia, pero además, el Renacimiento del siglo XV se da solo en este país. Se puede decir que en Francia, España y Alemania hacia 1450/1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenmente hasta el siglo XVI. El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperación de la grandeza de Roma, que tras la caída del Imperio Romano, y un periodo de anarquía y confusionismo, desde el quattrocento se trata de romper con esa etapa bárbara para volver a esa idea de grandeza latina. La pérdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que finalmente darán a fines del siglo XVI la Reforma Protestante.
En esta épocael Imperio Bizantino se tambaleaba por los Turcos; la economía Europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.
Teorías de inicios del Renacimiento proponen que el gobierno es una institución terrenal pero de origen divino. Surgen entonces nuevos pensadores que renuevan la teoría política, exigiendo la separación de poderes: el gobierno es una institución terrenal de invención humana que no tiene nada que ver con la divinidad. Uno de los primeros teóricos en afirmar esta otra teoría fue Dante, que, en su obra De Monarquia defiende la autoridad civil sobre la eclesiástica. Otros tantos pensadores proponen esta división como Marsilio de Padua y Guillermo de Occam entre otros.
La teoría política de este periodo llega a su culmen con Maquiavelo, pensador que influirá posteriormente en el pensamiento del Barroco. Este autor propone por primera vezla total separación de poderes entre la Iglesia y Estado, pero incluso fue más allá: en su obra Discursos afirmó que el objetivo de un buen gobernante debía ser el bienestar de su comunidad, por tanto el soberano podía saltarse cualquier cuestión moral, ética o religiosa.
La polémica estaba servida en los núcleos eclesiásticos, culminando con la Reforma. Todas estas ideas fueron posibles también gracias a los avances científicos de este periodo. La ciencia cobrará un fuerte desarrollo gracias al humanismo y a inquietud intelectual. El Humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento de Abelardo, filósofo francés del siglo XII, que propugno una filosofía individualista ensalzando la grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal. Un poco más adelante otro antecedente aislado fue la corriente humanista desarrollada en el siglo XIII en la Universidad de Charyres, donde se animaba a profundizar y conocer el mundo clásico. Este brote aislado francés se da en Italia en términos similares en los círculos cultos de Florencia, en la Academia Neoplatónica costeada por los Médici. El término Humanismus fue acuñado en 1808 por el alemám Netharmer, refiriéndose al valor formativo en la educuación de los clásicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definición un erudito, un hombre culto, enamorado de la antigüedad y perocupado por el estudio de todas las disciplinas en el campo del saber. Se siente atraído por la filosofía de Platón. Los dos máximos defensores de las concepciones platónicas fueron Marsilio Ficcino y Piccolo della Mirandolla, que fueron quienes fundaron la Academia Neoplatónica de Florencia.
En teoría defendían el pensamiento platónico adaptándolo al concepto cristiano. En la Academia se promovió el estudio y la traducción de la cultura latina, destacando Pietro Bracciolini que descubrió el Tratado de Arquitectura de Vitrubio, que será el modelo tratadístico de los siglos XV y XVI; también es importante la figura de Poliziano que recuperó el interés por la mitología, haciendo resurgir el paganismo en el arte cristiano.
El hombre humanista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofía, arte...El ideal es un hombre completo, armónicamente desarrollado en lo físico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo. El prototipo de humanista lo encontramos en Leonardo da Vinci. El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayudó a la difuesión de los saberes por todas las cortes Europeas. El hombre en el terreno científico trata de profundizar en las apicaciones y fundamentos de la ciencia; así hay un gran desarrollo de la oftalmología; las cátedras de cirugía y anatomía en las Universidades serán desarrolladas por los médicos que se van dirigiendo cada vez más por el camino práctico como Miguel Servet, que publicó el Tratado de Terapeútica donde manifiesta ser el descubridor de la circulación pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulación de la sangre.
La astronomía fue uno de los campos más importantes en el progreso científico, que influirá en el cambio de pensamiento de los europeos gracias a la obra de Copérnico De Revolutionibus Orbium Caelestium donde tira por la borda las teorías geocentristas de Ptolomeo, afirmando un sistema heliocéntrico que explica de manera más efectiva los fenómenos astronómicos observados. Se producen también extraordinarios inventos en el campo de la ciencia de la navegación, impulsados por el descubrimiento de América: aparece el astrolabio y el nocturlabio, la carta naútica o portulario, inventos que facilitaron la navegación y el afán de aventura y conquista de nuevos territorios.
A partir del siglo XVI estos conocimientos comienzan a difundirse por toda Europa, pero antes de terminar esta brevísima introducción al Renacimiento hay que mencionar un hecho importante que marcó el paso de este periodo al Barroco, y que conocemos como la crisis Manierista. En 1527 los ejércitos del emperador Carlos V tomaron Roma y la sometieron a un brutal saqueo donde fueron hechos prisioneros el Papado y el Sacro Colegio Cardenalicio. Durante nueve meses toda la cristiandad estuvo sin guía, augurando ya el cambio con la Reforma que desde Alemania se pedía con fervor. Un cambio que defraudó a muchos en su esperanza por la renovación de la iglesia porque no llegó a culminar hasta varios años después y sin cuajar en Roma. Pero, como indica André Chastel en su obra El Saco de Roma desde esta fecha ya nada fue igual: esta crisis no sólo supuso un trágico ejemplo de la guerra, sino que dio lugar a la difusión de una nueva mentalidad que afectó tanto a las artes como a las letras más allá de Italia. Así surge el manierismo, término que deriva del vocablo italiano Manieray que se refiere a los distintos modos gramaticales de diverso significado. El significado más parecido sería estilo, aunque la maniera era considerada un atributo inherente al arte. La llegada del Manierismo está relacionada con la creación y práctica de un tipo completamente distinto en su personalidad, dotado de facultades individuales propias, esto suponía una liberalización en parte de las reglas estéticas que se promovieron desde las Academias del Renacimiento.
El Manierismo surge en un periodo de crisis como una transición no sólo debida a un antihumanismo, como se ha intentado ver, sino que se suman una serie de factores que, de manera inherente, hacen que aparezca la ruptura: el saqueo de Roma, la preparación del Concilio de Trento, la nueva orientación de las rutas comerciales, la revolución económica en toda Europa y la crisis econímica en el ámbito mediterráneo, que hacen realidad la crisis y también en parte la disolución del humanismo en Italia, en favor de una mentalidad que es por un lado racionalista hasta el límite, y por otro lado radicalmente antiintelectualista. Esta crisis comenzó con la duda de si eran concordantes las necesidades espirituales y corporales con las creencias religiosas y la salvación, dando lugar a un arte donde lo espiritual no era representado como algo que se consumía en las formas materiales, sino que podía ser sugerido más allá de los límites de las formas. De esta manera el manierismo como antihumanismo, como filosofía de vida y como nueva dirección por sus tendencias opuestas al Renacimiento, podría designarse como Contrarrenacimiento. El Manierismo es por tanto, una manifestación de crisis, la necesidad de nuevos horizontes para ser explorados que se produce , sobre todo en el ámbito del arte, y que augura el nacimiento de un nuevo periodo: el Barroco.